(Fotografía realizada por Lola Moreno-chocano)
Era una tarde de color cemento y me sentía sola.

Me asomé a ver los hilos de agua que marcaban el final de aquel verano, y te vi, tan frágil, mirando al espejo, que sentí tu frío metal en mi cuerpo.

Recordé los besos que nos alumbraste, mis piernas temblando en aquel momento, y tú fuiste faro y fuiste mi puerto.

Ahora, me embarga el recuerdo, y a ti, como a mi, nos canta la lluvia la historia de entonces, pero tú, firme y seria, soportas el cruel tempus fugit, sin embargo, yo, te miro, me miro, y no lo soporto. Cierro las cortinas y lloro de nuevo.