(Imagen de Cris Parejaa)


Blandir la derrota,

hundirla en mí,

acogerla en mi seno

y deshilacharla.
Trenzar ese dolor

para acostumbrarlo

a mis dedos.
Llamar a la puerta

donde habita el sueño

y pedirle un hueco.
Hacer vapor el recuerdo,

intentar engañarme

y en el espejo empañado

escribir: Ya no te quiero.