Hay renglones con astillas

y folios ásperos,

pero amo la rugosidad del verso.

Te busco por Braille

en la tinta que pide realidades

persiguiendo tu rastro difuso.

Y me dejo las huellas,

heridas de caricias,

como un postre lejano.

Se consume el instante

de un fuego inextinguible,

en cada segundo,

cuando repaso,

una a una,

cada letra de tu nombre.