Se acababa de celebrar el 32 encuentro de Poesía Española en Almagro, del 23 al 27 de octubre.
El viernes 27 de octubre había programado un recital poético-musical: Beso Soy Miguel Hernández. Días atrás, había leído que trataba sobre la correspondencia entre Miguel y Josefina, desde su noviazgo hasta su muerte. Además, acompañados de piano y violín, dos de mis instrumentos favoritos.
Sabéis de mi amor por la poesía. El día 27 necesitaba beber de ella y Miguel es de mis preferidos. No había mejor plan para el viernes que asistir, y así lo hice.
La música; extraordinaria, las voces de las actrices y su interpretación; magistral, el teatro municipal de Almagro y ese silencio del público; subyugante.
Creo que estaba especialmente sensible el viernes, fue por eso que, aquella carta de Miguel, recitada de manera tan conmovedora por una de las actrices, me llamaba a voces, aunque yo no fuese su destinataria. Así que hoy lo necesito. Voy a escribirte, Miguel:
TE ESCRIBO A LA TIERRA
Te escribo a la tierra,
a los huesos, Miguel,
al polvo
y a la esperanza,
que como un pájaro ciego
hizo su nido en tu boca.
Que no te has muerto, Miguel,
porque apretaste los versos,
entre los dientes,
con la fuerza de un fusil,
pero, desde los barrotes,
se escurrieron,
como jabón, por tus dedos.
Aún no se secó tu tinta, Miguel,
ni se han borrado tus cartas,
ni he dejado de volar
con mis torpes alas rotas.
Aún me duele tu elegía,
aún me escuece la cebolla,
aún quisiera ser azada,
para airearte la tierra
donde reposan tus sueños,
y poder llenar de flores,
cada minúsculo hueco.
Y devolverle a la tierra
lo que tú nos regalaste
cuando pisabas el suelo.
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