No es que quiera,
con un clic de ratón,
arribar a tu puerto,
no aspiro a esa sencillez
en tu universo.
Me armo de lápiz de punta blanda
Y punteo dos lunares en un folio,
dos islas en un mapa,
alejadas por una bruma
de incertidumbres.
Me pertrecho de herramientas:
una regla que trace el camino directo
para unir esos puntos.
No obstante, tu islote
se desplaza por un océano inmenso
según ve que me acerco.
Un compás haciendo centro
directo en mi pecho.
Giro para encontrar
la equidistancia anhelada
y trazar un suave arco
que abarque tu tímido empeño.
No puedo más,
mis gélidos pies
se resbalan, en el hielo de esta pista,
trazando un zigzag
de desencuentros.
Tu mirada es de esfera callada.
Me siento en un borde
de la última esquina
de la desesperanza.
14 enero, 2018 at 9:32 am
muy buenas entradas!!
like para ellas
Me gustaLe gusta a 1 persona
14 enero, 2018 at 9:33 am
Muchas gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona