hojas-verdes-y-cesped

Enciendo un fósforo

y caliento tus palabras;

tienen sabor a limón.

Es que, a diferencia de ti,

me gusta más la seda

que la espina.

Puedes seguir girando

en la misma rotonda

todo el día.

La fuerza centrípeta

me exilia a una acera

repleta de baldosas con espejos.

Aspiro profundo,

huele a césped cortado.

aún son tallos verdes

mis largos dedos.

Aún son pétalos delicados

mis hambrientos labios.