Guardad cualquier detalle
de los bellos momentos;
los tristes se recuerdan
siempre, aun sin quererlo,
pero de los primeros…
guardaos las esencias
de lugares, miradas
de pieles y latidos.
Cualquier nimio detalle:
un trozo de papel,
una flor,
la bolsa en la que trajo
guardado un lapicero,
el timbre de su voz…
La metonimia que asocia
la parte por el todo,
para reconstruir aquello
que ya dejó de ser.
Volver a evocarlo
viajando cada vez
que necesites sentir
que aquello fue real.
Tocar, sentir, mirar,
comprobar que fue cierto
y volver a esa náusea infinita,
espiral quebradiza
con peldaños de invierno.
19 abril, 2020 at 11:35 am
Detalles… tu poema inspira una pequeña y muy de mi gusto, por breve, historia.
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19 abril, 2020 at 2:57 pm
Todos los poemas cuentan una historia. Muchas gracias
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