Hoy quiero ser una ciudadana agradecida en forma de poema.
Gracias por abrir una arco de luz enfrente de mi casa porque, ahora que vivo más tiempo dentro, asomarme y ver un retazo de la historia de mi ciudad es todo un lujo y un privilegio.

ENCAJE MEDIEVAL

Enhebro mi mirada
por la puerta del arco
de centenarias piedras,
el único vestigio
del Alcázar Real,
y un baño de luz tibia
abre una gran ventana.
Ahora el horizonte
lo custodian los siglos,
arriba en lontananza,
que vislumbran mis ojos,
tras la ventana azul,
compañera silente
en estos tristes días.
Mi gratitud sincera
por el hueco regalo,
por la paz que produce
la laxitud que emerge
después de tanta historia.
Los árboles observan
el pedazo de torre
y bajan la mirada
rindiendo pleitesía
agitando sus hojas.
Acaso son felices,
así como soy yo,
por encontrarse ahora
un pedazo de encaje
de estilo medieval
cercano a nuestra casa.