¿Qué ocurre si, en lugar de restar, sumas?
Pero sumas de más.
Sí, ya estoy, de nuevo, con las matemáticas.
Curiosa paradoja: estudié ciencias,
sin embargo, me gustan más las letras.
Sigo sumando de más.
En mi abecedario
tengo una letra, más, escondida.
Aun así, solamente, veintiocho letras.
Debe ser que tumbo el ocho
y lo convierto en infinito,
de ese modo, me extiendo
y me derramo.
Mis letras fluyen
por mi sistema circulatorio.
Hoy, creo que se me ha formado un trombo,
lo tengo a la altura de la garganta.
Supongo que el problema va a ser químico:
Las proporciones para equilibrar
esta difícil reacción,
donde, por más que intento ajustar la ecuación,
siempre me excedo.
Perdonadme que también tenga
el corazón grande
y largos mis dedos.
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