Se parece esta llama tanto… tanto…
a mi manera seca de llorar:
en mi garganta ondea
un arañazo rojo
palideciendo ebrio de mudez.
Las mujeres, que son fuertes, no lloran,
se lavan su dolor
con el agua de lluvia
oxidada que canta letanías
implorando la grata levedad.

Ch. B.